Lucas 19.1-10
Hoy nos ocupamos del segundo pilar de nuestra fe, la redención. Como sabemos, la redención es el acto por el cual nuestro Dios ha pagado el precio de nuestra libertad. La Biblia nos enseña que quien practica el pecado es esclavo del pecado. Además, también nos enseña que quien está bajo el señorío del pecado ha muerto espiritualmente por cuanto la paga del pecado es la muerte. Es decir, la separación provocada por el pecado entre Dios y el hombre.
Que la persona viva una condición de separación enemistada respecto de Dios le hace vulnerable y lo deja en un estado de soledad y abandono. Lo deja a merced de Satanás quien, nos asegura Cristo, tiene como propósito robar y matar y destruir a las personas. Juan 10.10 Esto explica la pérdida de la identidad que vivimos cuando estamos lejos de Dios y sin esperanza. Efesios 2.12 Acercarnos a la historia de Zaque nos ayuda a comprender mejor lo que esto significa.
Para empezar, Zaqueo era un hombre aparentemente exitoso. Un hombre que había logrado sus metas en la vida: poder, dinero y reconocimiento público. Lo aparente, dice el diccionario, es lo que parece y no es. Zaqueo parecía estar completo, cuando estaba vacío. Parecía tener, cuando necesitaba. Parecía fuerte, cuando era débil. Era sólo una especie de estuche, atractivo por fuera, vacío por dentro. Si Zaqueo había robado era porque él mismo había sufrido robo, muerte y destrucción.
Comentarios