Eugene H Peterson propone: El mundo es una atmósfera, un humor. Con total precisión se refiere a la casi imposibilidad de entender y definir el término bíblico mundo. Siendo así las cosas, resulta especialmente difícil comprender la exhortación juanina a que no amemos el mundo ni nada de lo que hay en él. A lo largo de la Historia, los creyentes han procurado comprender y obedecer tal exhortación haciendo un ejercicio de selección prejuiciada de ciertas cosas, prácticas o tradiciones a las que dan la categoría de mundanas. Así, en el evitar las mismas y abundar en las que se han seleccionado como espirituales, descansa el pretendido mérito salvífico que, se pretende, es propio de y garantiza la salvación. La Biblia, desde luego, no apoya tal presunción pues la misma implica el desconocimiento de la gracia como razón, origen y método de la redención. Colosenses 2.8, 16ss
Posted tagged ‘Singularidad del Creyente’
Nada de lo que hay en el mundo
7 julio, 2019Vivan una vida digna de su llamado
2 junio, 20192Pedro 1.10 NTV[i]; 2 Tesalonicenses 1.11[ii]
Somos diferentes porque somos llamados. Llamados a salvación y llamados a servir. Ello implica que nuestro llamamiento da sentido y propósito a nuestra vida. Le da sentido porque le da razón de ser, esta es la que explica el por qué existimos. Nuestra razón de ser es Dios, existimos para que él sea glorificado en nosotros. Isaías 43.7; Romanos 14.7,8 Es decir, para que seamos instrumentos y colaboradores de su propósito eterno: la salvación de la humanidad. Nuestro llamamiento establece el propósito, es decir, la finalidad personal y comunitaria de los creyentes. Se trata de la tarea particular que se les llama a realizar con el fin de colaborar para hacer posible el propósito divino. De esta manera, nuestro llamamiento afecta de manera integral el todo de nuestra vida en cada una de sus esferas: personal, familiar, vocacional, laboral, etc.
Comentarios