1 Juan 2.15-17 NVI
Eugene H Peterson propone: El mundo es una atmósfera, un humor. Con total precisión se refiere a la casi imposibilidad de entender y definir el término bíblico mundo. Siendo así las cosas, resulta especialmente difícil comprender la exhortación juanina a que no amemos el mundo ni nada de lo que hay en él. A lo largo de la Historia, los creyentes han procurado comprender y obedecer tal exhortación haciendo un ejercicio de selección prejuiciada de ciertas cosas, prácticas o tradiciones a las que dan la categoría de mundanas. Así, en el evitar las mismas y abundar en las que se han seleccionado como espirituales, descansa el pretendido mérito salvífico que, se pretende, es propio de y garantiza la salvación. La Biblia, desde luego, no apoya tal presunción pues la misma implica el desconocimiento de la gracia como razón, origen y método de la redención. Colosenses 2.8, 16ss
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