Génesis 3.16 BLPH
Nuestro pasaje revela la infinita sabiduría de Dios. De una manera breve y contundente explica la raíz de la violencia que millones de mujeres han sufrido a lo largo de siglos. En su breve declaración el Señor revela tres consideraciones fundamentales, la primera, que el primer espacio de la violencia en contra de la mujer es el hogar y el mayor causante de la misma, su esposo. La segunda consideración es la existencia de una disposición involuntaria en la mujer que facilita el dominio y la explotación a manos de su pareja. Tendrás ansia de tu marido y él te dominará, dice nuestro pasaje. O, como dice DHH: Tu deseo te llevará a tu marido, y él tendrá autoridad sobre ti. Una tercera consideración, fruto del contexto escritural es que tal deformación del propósito creacional inicial es consecuencia del pecado como forma de vida.
Se ha dicho que con las palabras pasa lo mismo que con el dinero, a la inflación de las mismas le sigue la devaluación. La celebración del Día Internacional de la Mujer parece sufrir lo mismo. Por diversas razones, las mujeres se han convertido en protagonistas de la vida pública. El incremento de la violencia en contra de las mismas forma parte de las conversaciones cotidianas. El feminismo surge como la denuncia de los sistemas culturales, religiosos, ideológicos, políticos, económicos, etc., que hacen de la mujer un objeto en detrimento de su ser persona. Mientras más fuerte y poderosa la voz de las mujeres que denuncian la injusticia que sufren y demandan el reconocimiento de su dignidad, más mentirosa, manipuladora e indigna la respuesta de quienes, a pesar de su discurso, siguen considerando a las mujeres como seres de segunda clase. Propiedad de la cual puede disponerse tanto colectiva como personalmente.
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