Posted tagged ‘Cuerpo de Cristo’

Pongamos la vida

27 enero, 2019

Colosenses 3.23,24

1547391627100Antes de que entremos en la consideración particular del qué son y para qué sirven cada uno de los dones espirituales en particular, conviene que recuperemos esta reflexión. La misma nos ayuda a comprender la intensidad debida en el ejercicio de los dones y la importancia del servicio a Dios que se expresa, siempre, a partir de nuestro servicio a los demás.

En la declaración paulina que sirve como sustento de nuestra reflexión, la palabra pas, “significa radicalmente todo”. Es decir, da a las palabras del Apóstol una carga totalitaria, por lo que no hay nada del pensar, hablar y quehacer del creyente que quede fuera de la admonición: [todo] háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. NBLH

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No quiero que ignoréis

20 enero, 2019

1No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. 2Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. 3Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.

1 Corintios 12. 1-3

1547391627100Como sabemos, la tarea principal de la Iglesia: hacer discípulos. También nos hemos referido a que el ámbito del actuar divino es uno solo: lo creado. Todo es de Dios, todo es para Dios, todo se da en él y para él. O contra él, y fuera de él.

Al ocupamos del tema de los dones espirituales, nos ocupamos de los recursos de que disponemos para cumplir la Gran Comisión en todas y cada una de las áreas de nuestra vida. A estos recursos, la Biblia les llama dones espirituales. Acerca de estos, Pablo exhorta a los creyentes a que no permanezcan ignorantes. La ignorancia genera:

Vulnerabilidad

Engaño, y

[el] Obstaculizar el señorío de Cristo

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Y no dejemos de congregarnos

21 octubre, 2018

Hebreos 10.23-25

iCP disciplinasdevocionalesSi las disciplinas devocionales tienen como propósito el fortalecer nuestra comunión con Dios, luego entonces, al congregarnos se hace evidente la plenitud de tal comunión al participar de la misma con nuestros hermanos en la fe. Juan asegura que no podemos decir que amamos a Dios si no amamos a nuestros hermanos. En el mismo sentido podemos decir que no podemos estar en comunión con Dios si no estamos en comunión con nuestros hermanos. Más aún, la comunión con nuestros hermanos es evidencia e indicador de la profundidad de nuestra comunión con el Señor. La razón es sencilla, la iglesia es el cuerpo de Cristo. Ahí donde está Cristo está la iglesia y donde la iglesia, Cristo.

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