Marcos 16.16; Hechos 2.32-39
Una de las declaraciones más contundentes de nuestro Señor Jesucristo la registra el Evangelio de Marcos 16.16: El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que se niegue a creer, será condenado. Lejos de ser una expresión aislada, tal declaración es consistente con la enseñanza bíblica respecto de la estrecha relación que existe entre el bautismo en agua y la salvación.
Como ya hemos visto, nuestro Señor Jesús le indicó a Nicodemo que nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu. Juan 3.5 Con tal declaración nuestro Señor se refiere a la obra del Espíritu Santo, quien regenera al creyente y le da nueva vida. Pero, destaca también, en primer orden, el nacimiento de agua. Hemos dicho que, de manera unánime, los estudiosos de la Biblia asumen que con tal expresión el Señor se refiere al bautismo.
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