Mateo 28.19-20
La vida es demasiado compleja y sutil, las personas somos demasiado distintas, las situaciones son demasiado íntimas, como para que todo quepa en los libros de jurisprudencia. Lo mismo que nadie puede ser libre en tu lugar, también es cierto que nadie puede ser justo por ti si tú no te das cuenta de que debes serlo para vivir bien. (Savater, F. 2008)
Con tan impactante declaración, Savater descubre que la complejidad de la vida no sólo tiene que ver con las personas con quienes nos relacionamos,ni con las circunstancias que enfrentamos. También tiene que ver, y creo que de manera esencial, con nuestra capacidad para ser libres en toda circunstancia y actuar con justicia en toda situación que enfrentamos. El mismo Savater propone que la libertad no es otra cosa sino la capacidad para ser humanos, hombres humanos, acotaríamos. Y, la justicia, no es otra cosa sino aquello que Dios ha establecido como lo bueno.
Pero, si la vida es demasiado compleja y sutil, ¿cómo ser hombres y mujeres libres ante las circunstancias que pretenden poseernos? ¿Cómo saber elegir lo bueno y perseverar en ello, independiente de las circunstancias que enfrentamos?
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