Posted tagged ‘Compromiso congregacional’

Cuando un ser humano tiene un para qué

5 julio, 2015

Efesios 3.10, 11; 4:17ss

manzanas completasDicen los que dicen que saben que la Iglesia es una institución en crisis. Aseguran que característica del postmodernismo, es el reconocimiento que se da a la importancia de la espiritualidad; al mismo tiempo que se menos-precia la importancia de la Iglesia en el cultivo y la manifestación de las cuestiones espirituales. Ante esta realidad destaca la importancia que el Apóstol Pablo da a la Iglesia cuando asegura que esta responde al propósito de Dios de utilizarla para mostrar la variedad de su sabiduría a todos los gobernantes y autoridades invisibles que están en los lugares celestiales. De tal manera, para Pablo, lo que la Iglesia es en su aquí y ahora humano y terrenal, trasciende hasta convertirse en el argumento de la verdad y el poder divinos ante el diablo y sus legiones espirituales.

No deja de llamar la atención que, apenas unas cuantas líneas adelante, Pablo describa la realidad de la iglesia de Éfeso, como una similar a lo que viven los que no conocen a Dios. De estos dice que están irremediablemente confundidos. Pero, asegura, los efesios no lo están menos. De ahí que los llame a recordar lo que han aprendido de Cristo y a que se pongan la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios. Lo que Pablo describe es a una iglesia que ha sido desgarrada por la guerra de la vida cotidiana.

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Vicios ocultos de la iglesia

15 marzo, 2015

Efesios 2.20 y 21 BLPH

Prácticamente todas las construcciones tienen defectos que no pueden ser detectados a simple vista. A estos se les conoce como vicios ocultos. De acuerdo con nuestro pasaje, la iglesia es un edificio en construcción, compuesto con piedras vivas, es decir, por personas que contribuyen con sus fortalezas y debilidades a lo que el edificio es en sí mismo. Podemos asumir, entonces, que el edificio de la iglesia, como cualquier otro edificio, también padece de vicios ocultos.

A Dios gracias, la Biblia ni desconoce ni manifiesta alarma por tal realidad. Nos recuerda que la iglesia es un edificio que va creciendo hasta convertirse en templo consagrado al Señor. Además, advierte que los miembros de la iglesia, cada uno de nosotros, se va integrando hasta llegar a ser casa en la que habita Dios. Consecuentemente, una y otra vez, la Palabra nos invita a tomar en cuenta aquellas áreas de nuestra vida personal y congregacional en las que debemos hacer, y permitir que el Espíritu Santo haga, los ajustes que nos permitan llegar a ser, que no serlo ya, el edificio y la casa deseados. Ello nos previene tanto del conformismo como del derrotismo[i]. Nos anima a seguir adelante y a no volvernos atrás en el caminar cristiano.

En abono al ejercicio de reflexión que estamos realizando con Philip Yancey en su libro Una Iglesia, ¿Para qué?, propongo a ustedes dos vicios ocultos a los que debemos prestar especial atención en nuestra comunidad. (más…)

El Señor Añadía a la Iglesia los que Habían de Ser Salvos

27 julio, 2014

Lucas 11.1; Hechos 2.47

 Ser salvo significa estar en comunión con Dios. Esta es una comunión real, personal. Pero también es una comunión que se vive en la compañía de otros creyentes. Nadie ha sido llamado a salvación en soledad o aislamiento. Por el hecho mismo de la salvación, quien es salvo es incorporado a la comunión de los creyentes. El individuo, la persona, es hecho pueblo. Por lo tanto es convocado a vivir en conformidad con su llamamiento, privilegiando la comunión con sus hermanos, pues esta es evidenciadota de la comunión íntima que el creyente tiene con Dios. No es creíble el amor a Dios que no pasa por el amor a los hermanos en la fe (1Jn 4.19).

Lucas nos dice que, “cada día el Señor añadía a la Iglesia los que habían de ser salvos”. De ahí que resulte que quien está en Cristo está en la Iglesia. No se puede estar en Cristo y no estar en la Iglesia. La Iglesia es siempre una comunidad enferma, pero también una comunidad sanadora. Enferma por cuanto sus miembros son santos, pero perfectibles. Sanadora porque en la comunión con el Espíritu Santo, la Iglesia, cada uno de sus miembros, es perfeccionada día a día. Así, aún cuando los individuos que la formamos todavía practicamos el pecado, Cristo Jesús quita de su iglesia toda mancha y arruga, hasta que llegue el momento en que se la presente a si mismo santa y sin mancha.

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