Archive for the ‘Discipulado’ category

¿Qué Tienes en la Mano?

2 septiembre, 2012

Éxodo 4.1-12

Moisés, ese conocido personaje bíblico, bien puede ser considerado un arquetipo de lo que implica el ser una persona humana. En particular, en Moisés se hace evidente que la vida es un proceso que los humanos vivimos de etapa en etapa, siempre en transición. Mientras vivimos, pasamos de un modo de ser o estar a otro distinto, constantemente. Nada permanece estático ni es, en sí mismo, definitivo. Sin embargo, conviene tener en cuenta que la forma en que enfrentamos cada etapa del proceso tiene el poder y la capacidad para hacer de la misma algo definitorio, lo que define o marca la diferencia entre lo que nuestra vida es y lo que pudo ser.

Lo que resulta aplicable en este caso a las personas humanas, también lo es para los organismos tales como las congregaciones cristianas. También estas viven siempre en un estado de transición constante, y la forma en la que viven cada etapa puede hacer de algunas de estas la razón que las define tanto en su ser como en su quehacer. De ahí la importancia de que nos acerquemos a un momento crucial en la vida de Moisés y nos preguntemos de su pertinencia en el momento que encaramos como congregación.

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Señor, Vayas donde Vayas, ¿Te Seguiré?

29 julio, 2012

Lucas 10.57-62

Generalmente uno tiene la impresión de que Jesús andaba a la caza desesperada de seguidores. Nuestro pasaje nos muestra cuán equivocada es tal presunción. Mateo dice que el hombre que se acerca a Jesús y le promete seguirlo dondequiera que vaya, es un “Maestro de la Ley”. Ya no un pescador, o una prostituta o un hombre de mala fama pública. Tampoco un artesano. Es un hombre poderoso e importante, a quien Jesús desanima, casi descortésmente, para que piense bien el costo de su discipulado. A quien se acerca voluntariamente, Jesús lo desanima. A los dos que él invita, les pone condiciones que no están en disposición de cumplir. ¿De qué se trata? ¿Qué es lo que el evangelista quiere poner de relieve en este pasaje? Para entenderlo debemos considerar el contexto de la historia. El largo capítulo 9 de Lucas, se compone de:

Envío →   Exigencias del Discipulado →    Anuncio de su muerte y resurrección →   Transfiguración de Jesús → Afirmación de Jesús en su propósito →    Relato

Todos estos acontecimientos contienen dos elementos comunes: Lo extraordinario del quehacer divino en Jesús, y la dimensión cósmica de la tarea. Se trata del establecimiento del Reino de Dios y esto en todos los ámbitos de la Creación.

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Reino de Dios y Fruto del Creyente

27 mayo, 2012

… siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo. Efesios 4.15

Reino de Dios y fruto, son dos conceptos que van de la mano en el pensamiento bíblico. Quienes están en el Reino y bajo la influencia del mismo son llamados a fructificar. Es decir, a reproducir en su oikos, su área de influencia, lo que está en ellos. El orden de Dios, la compasión de Cristo, el poder del Espíritu Santo. Basta con mirar a nuestro alrededor para comprender la importancia que tiene el que el Reino de Dios se establezca en nuestro oikos y produzca el fruto deseado. Razón para ello son, tanto las necesidades de las personas, causa y efecto del pecado individual y social, así como la disposición de muchas personas a buscar respuesta más allá de lo que conocen y controlan en sus vidas. El surgimiento de tantas espiritualidades es prueba evidente tanto de lo primero como de lo segundo.

Respecto del papel que nos toca jugar como iglesia y como individuos en esta coyuntura, conviene hacer un par de consideraciones:

Todo cristiano conoce el propósito de Dios para su vida. Nuestro Señor Jesucristo no juega ni a las escondidas, ni al “juego del ahorcado”. Él ha sido claro en su propósito y en sus medios. El mandato toral a sus seguidores consiste en que vayan y hagan discípulos. Nos dice el qué y nos dice el cómo: “enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes”.

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