Amor y respeto es una combinación de por sí difícil y rara. Sobre todo, cuando se trata de las relaciones de pareja, de la relación matrimonial. Amor, desde luego, es quizá la palabra que más se asocia con el matrimonio, pero pocas veces se la coloca en el mismo casillero con la palabra respeto. Sin embargo, desde la perspectiva bíblica y en lo que se refiere a la relación matrimonial que representa -y quizá hasta reproduce- el misterio de la relación de Cristo con su Iglesia, amor y respeto no son uno sin el otro y ambos resultan mutuamente condicionantes.
Archive for the ‘Relación Matrimoniales’ category
En equilibrio consigo misma
20 octubre, 2019Amar no es suficiente
14 febrero, 2016
Aprovechemos la oportunidad que nos da San Valentín para hablar de un tema que a todos nos ocupa… y nos preocupa: Sí, hablemos del amor. Empecemos diciendo que cuando hablamos del amor no tenemos una idea precisa de lo que dicho concepto significa. En la práctica, la palabra amor significa lo que quien la pronuncia quiere y quien la escucha interpreta. Aun así, suponemos que la base garante de una buena relación de pareja es el amor, cualquier cosa que esto signifique.
Afinidad, atracción, emoción, sentimientos, deseo. Estas y otras cuestiones se consideran, generalmente, como los elementos constitutivos del amor de la pareja. Se pretende que mientras más espontáneas, de libre generación, son más poderosas y determinantes. Mientras más atraídos nos sintamos y mayor emoción nos produzca el estar juntos, más seguros podemos estar de la realidad de nuestro amor, pretendemos. Lo cierto es que la historia de la humanidad muestra, una y otra vez, que tal presupuesto no tiene sustento. Y, ¡no se diga la historia misma de nuestra propia vida, de nuestra experiencia amorosa!
A nuestra esposa como a nosotros mismos
31 mayo, 2015Conozco y amo a una pareja que está enfrentando serias dificultades. Aunque no los veo con frecuencia, sé que no hay día en el que no aparezca la desgastante combinación: menosprecio-lágrimas. El menosprecio está a cargo del hombre y las lágrimas, desde luego, de la mujer. Hace poco, alguien que también conoce y ama a esta pareja, impresionada por las abundantes lágrimas que habían seguido a una agresión, verbal y pública del marido, me hizo una pregunta retórica: ¿No será que fulano la trata así porque no la ama?
Creo que quien me hizo tal pregunta se quedó confundida e impresionada por mi respuesta. “Creo [le dije] que el problema es que fulano no se ama a sí mismo, por eso trata como lo hace a su esposa”. Dije eso porque en ese momento, motivado por tal cuestionamiento, a mi mente vino el exhorto bíblico: “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama”. Pensé que quien se lastima a sí mismo, como el fulano de referencia, solo hace evidente que no se ama a sí mismo. Es decir, ni se aprecia, ni se respeta. Por eso puede tratarse con tal falta de dignidad y consideración en su propia esposa.
Comentarios