Oradora invitada: Adriana Montoya
Lucas 10:25ss
Ante los recientes acontecimientos ocurridos en el país, especialmente los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017, ha habido una conmovedora y sorprendente respuesta de una multitud de personas ante la emergencia presentada particularmente en la CDMX y de la que se ha dado cuenta a través de los diferentes medios de comunicación.
El impacto de vivir estos fenómenos de la naturaleza, a los que algunos prefieren no atribuir como naturales, sino producto del abuso que como seres humanos hacemos sobre el planeta, ha dado como resultado una sensibilidad hacia las necesidades de los afectados que se ha hecho manifiesta en ayuda diversa proveniente de todas partes, pero especialmente de los que se encuentran más cerca de las zonas afectadas.
Eso que llamamos moral cristiana está bajo ataque. Y, pareciera que está perdiendo la batalla. Cada día son más las personas que aceptan como normales prácticas que contradicen el fondo y la forma de lo que la Biblia llama bueno… y lo que llama malo. Cuestiones que antes parecían estar lejos del interés inmediato de las comunidades cristianas hoy forman parte de su agenda cotidiana. Cada vez más familias cristianas tienen entre sus miembros a quienes practican el aborto, distintas expresiones de la homosexualidad, diversas formas de las relaciones de pareja y a quienes consumen substancias adictivas de manera frecuente.
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