Posted tagged ‘Vida en el poder del Espíritu Santo’

Juzgar espiritualmente todas las cosas

29 julio, 2018

Juan 16.4-15

icp la vida en el poder del SSTOCuando las personas deciden que sólo es real aquello que pueden ver, oír, medir y, sobre todo, entender, limitan el sentido último de la vida y terminan por acotar su propia vida. Es decir, terminan por cortar aquellas ramas que, pretenden, no tienen por qué permanecer en su árbol, las podan y acaban por privarse a sí mismos de los beneficios que tales recursos pudieran significarles. David Herbert Lawrence, representa bien a quienes así piensan cuando asegura: Lo que los ojos no ven y la mente no conoce, no existe.

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Tendrán visiones, tendrán sueños

22 julio, 2018

Hechos 2.16-21

icp la vida en el poder del SSTOLa Biblia dice que Dios sembró la eternidad en el corazón del hombre. Eclesiastés 3.11 El ser humano lleva en él mismo la capacidad de la trascendencia. Es decir, es el único ser con la capacidad para sobrepasar los límites impuestos por sus circunstancias. Puede ver y comprender más allá de lo aparente y de lo temporal. Sobre todo, puede comprender el propósito divino implícito en las cosas que le tocan vivir. Puede, entonces, discernir sobre lo que es permanente y lo que es circunstancial. Por ello es por lo que el ser humano puede trascender, ir más allá del momento y de las circunstancias inmediatas. Por ello es por lo que el ser humano puede contemplar y vivir en función de lo eterno. Más allá de su aquí y ahora, más allá de sí mismo.

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No para nosotros mismos

8 julio, 2018

Juan 16.1-16

icp la vida en el poder del SSTOCuando nos acercamos a la vida de Jesús descubrimos muy pronto que él no vivía para sí mismo. Sus prioridades no eran ni su felicidad personal, ni su familia, ni su prosperidad material, etc. En fin, esas cosas que son las que explican y dan sentido a la vida de muchos. Dos cosas eran las determinantes en Jesús: Su comunión su Padre y la realización de la tarea que le había sido encomendada. En tal sentido, Jesús no tenía vida propia. No vivía para sí, sino para el Padre. Y, no lo hacía porque no le quedara otra, él mismo aseguró: Nadie me quita la vida, sino que yo la doy por mi propia voluntad. Juan 10.18

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