Posted tagged ‘Hombría’

Manos Santas

14 junio, 2015

1 Timoteo 2.1-11

CP Hombría BíblicaSon muchos los pasajes bíblicos que sólo pueden ser aplicados y comprendidos a la luz de la regeneración. Es decir, se trata de pasajes que sólo tienen sentido para aquellos que hemos sido redimidos por la sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo. El pasaje que nos ocupa es uno de estos. Las manos santas sólo son propias de aquellos hombres que han renacido en el bautismo para vivir en, y honrar a, Jesucristo, Señor y Salvador suyo.

Debemos destacar aquí eso de aquellos hombres, pues a diferencia de otros pasajes que pueden ser leídos sin distinción de género aquí la Escritura se dirige preferentemente a los hombres y se refiere tanto a su condición de hombre adulto y, en su caso, a la de esposo o, aun, de futuro esposo.

La expresión todo lugar es también de por sí interesante. Más que referirse al espacio geográfico en el que los hombres se encuentren al orar, se refiere al todo de la vida del hombre cristiano. En efecto, el término topos, utilizado por Pablo se refiere a la condición, la oportunidad que el cristiano está viviendo o enfrentando. Así, lo que el Apóstol recomienda es que el hombre cristiano debe vivir de tal manera el todo y lo particular de su vida de tal manera que pueda levantar manos santas cuando ora. Es decir, debe vivir de tal manera que su vida no entre en conflicto con su oración.

Hosios, el término que se traduce como santas, implica que la vida del hombre esté libre del pecado y de maldad; que cumpla con su obligación moral y que sea piadoso. De entrada podríamos concluir que si así son las cosas, ninguno de nosotros, los hombres cristianos, podemos levantar manos santas. Sin embargo, tal conclusión por más humilde que parezca en realidad es puro cinismo: [pura] desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables. La razón es que quienes, habiendo sido regenerados en Cristo, aducen su incapacidad para vivir una vida santa desconocen un par de consideraciones. (más…)

De Lodo y Espíritu

6 julio, 2014

A Manera de Introducción

Génesis 2.4bss. El segundo relato de la Creación, que en realidad es el primero, resulta el sustento de esa visión privilegiada del hombre, del varón. Sin entrar en detalles, los que destacan en la lectura del pasaje, digamos aquí que el hombre es creado antes que todas las cosas, recibe la autoridad implícita para nombrar a los seres creados -incluyendo a la mujer-, y por tanto, poseerlos; al tiempo que se convierte en la razón de la existencia de otros seres: “porque no es bueno que esté solo”. En una impertinente síntesis diríamos que el hombre aparece como el ombligo del mundo.

Más allá de la impertinencia, debemos aceptar que el hombre goza de un lugar privilegiado respecto del resto de la Creación. Privilegio que sigue vigente, como sigue siendo actual la responsabilidad derivada del mismo. No debemos olvidar el principio bíblico que establece que cada cual debe dar cuentas de acuerdo a lo que ha recibido. Así, si el hombre ha recibido, recibe, más que la mujer y que el resto de la Creación, el hombre es responsable de más.

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La Verdadera Hombría

8 junio, 2014

1 Corintios 16.13

Si portarse varonilmente significa de manera literal: “hacer un hombre de alguien”, luego entonces, la hombría verdadera es una cuestión de identidad. Porque ser hombre es ser humano; es decir, imagen y semejanza de Dios.

Sin embargo, llama la atención la traducción del término varonilmente: “hacer un hombre de alguien”. Si es necesario hacer, luego entonces, es que ese alguien no es, aún, un hombre. Por ello, nuestra primera propuesta es que sólo es verdadero hombre aquel que ha sido regenerado; sólo aquel que ha recuperado su identidad original gracias a la obra redentora de Cristo.

Debemos al Dr. José D. Batista, la propuesta de que la Identidad del ser humano se sustenta en tres valores fundamentales: la Dignidad, la Integridad y la Libertad. Tales valores fundamentales definen el ser de la persona, son los que le hacen un ser humano. En la medida que la persona desarrolla tales valores es que puede apreciarse a sí misma y a los demás; puede actuar de acuerdo a la Dignidad que le ha sido conferida por Dios, teniendo conciencia de sus fortalezas y debilidades, al mismo tiempo que puede distinguir entre las conductas de las personas y ellas mismas; y, puede ser libre del poder de las emociones que experimenta, tanto las generadas por factores endógenos como las resultantes de los factores exógenos.

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