Archive for the ‘Vida Nueva’ category

Te Elegí antes de que Nacieras

3 agosto, 2014

Jeremías 1.1-10; 18,19

Conocí a una muchacha que descubrió que su madre trató de abortarla. Como muchas otras personas en tales circunstancias iba por la vida sintiéndose miserable, poca cosa. Asumió el rechazo inicial de su madre como la constante en su relación con los demás. No sólo se consideraba rechazada por unos y otros, sino que se rechazaba a sí misma.

Cuán diferente posición existencial respecto de aquellos que se saben fruto de la intención amorosa de sus padres. Estos van por la vida sintiéndose seguros y valiosos. Confiados. Se saben elegidos. Es decir, elegidos por Dios desde la eternidad para lograr la gloria. Como Jeremías, a quien Dios le hace saber que lo escogió antes de que naciera para encomendarle una tarea especial, para enviarlo con un propósito, dándole el poder necesario para cumplirlo y para estar con él para cuidarlo.

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He Visto al Señor

31 marzo, 2013


Juan 20.1-19

Si algo se hace notorio en la Semana de la Pasión, es la madurez de Cristo. Hay quién ha dicho que la madurez consiste en hacer lo que conviene hacer, independientemente de si nos resulta fácil o agradable hacerlo. El testimonio de Jesús se convierte en un imperioso llamado para que maduremos. El recordatorio de su vida y de la congruencia. Una y otra vez hablamos sobre la imperiosa necesidad que tenemos de madurar, de crecer en Cristo. Estoy seguro que algunos esta semana, al reflexionar en la obra de Cristo, se propusieron madurar y quizá hasta elaboraron una lista sobre las cosas que debían hacer y las que no. En algunas han avanzado y en otras no. Pero, ¿estamos madurando?

La palabra madurez viene del griego teleios que significa habiendo alcanzado su fin, acabado, completo. Esta es la misma palabra para perfecto, así que madurar es hacerse perfecto y madurez es perfeccionar. ¿Quién puede hacerse perfecto a sí mismo? Nadie. Por lo tanto debemos preguntarnos qué es lo que nos permite madurar. Qué es, precisamente, lo que debemos hacer para estar en condiciones de ser perfectos. La respuesta es terriblemente sencilla, la madurez la alcanzamos cuando estamos henchidos de Cristo (Ef 4.13 LBAD). Esta expresión se traduce como “crecer en todo hacia Cristo”, en DHH y, hasta que todos lleguemos a… la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, RVA. En Efesios, Pablo se refiere a Cristo como el varón perfecto. Los creyentes, sus discípulos, debemos vivir en unión vital con él, enraizados en él, y nutrirnos de él. Manteniendo un ritmo de crecimiento en el Señor, y fortaleciéndonos y vigorizándonos en la verdad.

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