Lucas 12.33-37a NTV
Cuando el Señor Jesús declara: Donde esté su tesoro, allí estarán también los deseos de su corazón, simplemente saca a la luz una verdad práctica incuestionable y evidente. A entender lo extraordinario de tal declaración nos ayuda el hacer una sencilla paráfrasis: Aquello que les da seguridad, es lo que acapara sus pensamientos, emociones y acciones. Con ello, Jesús destaca que las personas se ocupan de aquello que les hace sentirse seguras; la seguridad percibida determina el valor que le asignamos a las cosas que creemos, sentimos y hacemos. A mayor seguridad sentida, mayor valor asignado. Sin embargo, para Jesús resulta evidente que no es el valor intrínseco de las cosas lo que las hace valiosas, sino la seguridad percibida de las mismas. Así, muchos estudian una carrera no porque valoren el conocimiento, sino porque consideran que una carrera universitaria les da seguridad en la vida. Otros se casan, o se mantienen casados, no porque valoren al esposo o la esposa, sino porque el matrimonio les da la sensación de seguridad.
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