Hebreos 12.14
Después de la relación con Dios no hay relación más importante y trascendente que la relación familiar. Esta comparte características con la primera que nos permiten proponer que las relaciones familiares se sustentan bajo los mismos principios que la relación con Dios. Ambas clases de relaciones necesitan de la paz y, sobre todo, de la santidad. Además, en ambos casos se hace manifiesta la incapacidad humana para establecer, mantener y fortalecer tales relaciones unilateralmente. Ante ello, de manera similar, opera la gracia divina. Misma que hace posible ambos tipos de relación y las sostiene, fortalece y perfecciona hasta su total realización.
En la Biblia existe una clara reciprocidad entre la espiritualidad y las relaciones familiares. Desde la perspectiva bíblica ambas son mutuamen
Es un hecho que las familias cristianas enfrentan una severa crisis causada por el abandono de la fe por parte de sus hijos. Algunos, tratando de minimizar el problema proponen que se trata de un mero abandono de la iglesia y no del abandono de la fe. Difícil resulta, sin embargo, asumir que la persona mantiene firme su fe en el Dios de Jesucristo cuando rechaza, y hasta huye, de la comunidad de creyentes que son cuerpo de Cristo, la Iglesia. Además del hecho de que la experiencia demuestra que quien se aleja de la Iglesia y abandona las reuniones y actividades de la misma termina negando su fe en Dios en lo cotidiano de su vida.
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