Archive for the ‘Decisiones’ category

Somos llamados, somos diferentes

8 octubre, 2017

Eclesiástico 11.21 BDO1573; 2Pedro 1.10 DHHD

Los cristianos somos diferentes. Sí, diferentes de quienes no honran al Dios de Jesucristo. El elemento detonador de nuestra condición de diferentes es que los cristianos somos llamados, tenemos vocación. Hemos recibido un llamado, somos inspirados, de parte de Dios para llevar una forma particular de vida, religados a Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Es decir, hemos sido llamados a vivir permaneciendo fuertemente atados a Dios, en comunión plena con él.

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Tierras que nada producen

20 agosto, 2017

Salmos 68.6; 119.44, 45

Hemos dicho, y aquí lo reiteramos, que el hombre es libre para elegir, decidir y hacer. Sin embargo, aun cuando parezca que nos contradecimos, debemos decir que el hombre libre no siempre puede ejercer su libertad, es decir, no siempre puede ser libre. No es que no sea libre, es que no puede vivir su libertad. Para los humanistas las causas de tal incapacidad radican tanto en cuestiones sociales como en cuestiones sicológicas. Es decir, se asume que la persona está bajo la presión de fuerzas sociales como de procesos internos que atentan contra su individualidad. Desde la perspectiva espiritual, a tales cuestiones debemos agregar una que resulta mucho más incómoda e impopular: el pecado, tanto en su dimensión social como en la personal.

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Para empezar, primero hay que quitar

30 julio, 2017

Hebreos 10.8 y 9

En la vida hay cosas que no pueden hacerse bien si no terminamos otras antes. Cuando lo que se ha hecho muestra su error e irrelevancia, su falta de sentido y de resultados positivos, es tiempo de dejarlo, abandonarlo para siempre. Lo nuevo requiere del término de lo viejo.

Nuestro pasaje se refiere al fin de la era de los sacrificios de animales, en los que la sangre derramada no era suficiente para lograr la santificación de los hombres. No se trataba del modo en que se realizaban tales sacrificios, ni de quienes participaban de ellos, ni del número de los mismos. Simplemente, la sangre de los animales no tenía ningún poder para transformar la vida de los creyentes judíos. Cuando Jesús viene, él es el camino al Padre. Es el único que puede cumplir con la voluntad divina, por lo que «quita lo primero (los sacrificios de animales), para establecer esto último (la ofrenda del cuerpo de Cristo)».

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