Archive for the ‘Paciencia’ category

De profundis

10 diciembre, 2023

Salmo 130 DHHK

Las noches de la vida, es decir, esas etapas en las que a la alegría de la vida se oscurece y la certeza se convierte en temor, están siempre a la vuelta de la esquina. Recientemente oí a un joven decir que no hay nada seguro en la vida. Que siempre llegan cosas inesperadas que alteran el momento presente y el todo de la vida. Me decía: cuando llegan esas situaciones inesperadas e incomprensibles, la vida no vuelve a ser igual.

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Ya No Sigas Enojado

8 septiembre, 2013

Salmos 37.7,8 NTV

Perder los estribos de la paciencia.

Perder los estribos no es otra cosa sino impacientarse, desbarrar y obrar fuera de razón. Me llama la atención el término desbarrar, entre otras cosas significa deslizarse, errar en lo que se dice o hace.

Como sabemos, los estribos son esas piezas que, colgadas de una correa, sirven para que el jinete apoye el pie. Quien en la carrera saca los pies de los estribos, pierde la estabilidad necesaria para cabalgar y lo más probable es que termine cayendo del caballo.

Es este un buen símil de la vida. Esta nos coloca en situaciones equiparables al galope furioso del caballo cuando, de manera inesperada, deja de estar bajo el control del jinete y en su correr desaforado lo coloca en peligro.

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Jesús y los Árboles que Caminan

4 noviembre, 2012

Marcos 8.22-26

Esta es una historia interesante. Nos muestra a un Jesús que actúa de una manera diferente a la que le conocemos cuando de sanar a alguien se trata. En este caso, Jesús no dice la palabra, ni sana de una sola vez al ciego de la historia. Más bien, hace cosas raras: saca al ciego de la aldea, le escupe en los ojos, le pone las manos encima y le pregunta si ve alguna cosa. Pero, si la manera en que Jesús actúa resulta rara, más rara parece ser la respuesta que el ciego da a Jesús: Sí, veo a algunas personas, pero no puedo verlas con claridad; parecen árboles que caminan. NTV

Jesús nos llama a no juzgar las cosas por su apariencia. Juan 7. 24 Si este principio es válido respecto de Jesús mismo y de su conducta, luego entonces, nuestra historia nos revela algunas cuestiones importantes en el caminar de la fe. La primera, misma que resulta fundamental, es que Dios no actúa siempre de la misma manera. Los seres humanos somos animales de costumbres, se ha dicho. Ello implica el que actuamos casi siempre de igual manera y que esperamos que los demás respondan habitualmente a nuestras expectativas. Jesús no actúa así. El cómo de su relación con nosotros es un cómo personalizado, individual, siempre apropiado a nuestras circunstancias.

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