A manera de testimonio
Hebreos 11.27
Con frecuencia los creyentes enfrentamos circunstancias en las que no podemos sentir a Dios. Estas están asociadas a las experiencias del desierto, es decir, cuando la vida no parece tener sentido, se vuelve plana y sin mayores motivaciones. En días recientes alguien me contaba su desazón y la confusión resultante. Ingenuamente me lanzó un buscapiés: Pero, esto es algo que ustedes los pastores no experimentan, dijo. Cuando le compartí que es esta una experiencia común a todos y, desde luego, a los pastores, me pidió que le dijera cómo es que yo enfrento tales circunstancias. Aquí cumplo mi promesa en la confianza de que podrá ser útil a alguno que otro.
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