Archive for the ‘Fidelidad’ category

Convicción, confianza

30 abril, 2017

A manera de testimonio

Hebreos 11.27

Con frecuencia los creyentes enfrentamos circunstancias en las que no podemos sentir a Dios. Estas están asociadas a las experiencias del desierto, es decir, cuando la vida no parece tener sentido, se vuelve plana y sin mayores motivaciones. En días recientes alguien me contaba su desazón y la confusión resultante. Ingenuamente me lanzó un buscapiés: Pero, esto es algo que ustedes los pastores no experimentan, dijo. Cuando le compartí que es esta una experiencia común a todos y, desde luego, a los pastores, me pidió que le dijera cómo es que yo enfrento tales circunstancias. Aquí cumplo mi promesa en la confianza de que podrá ser útil a alguno que otro.

(más…)

Poniendo la vida en todo lo que hacemos

23 abril, 2017

Colosenses 3.23

En la declaración paulina que sirve como sustento de nuestra reflexión, la palabra pas, significa radicalmente todo. Es decir, da a las palabras del Apóstol una carga totalitaria, por lo que no hay nada del pensar, hablar y quehacer del creyente que quede fuera de la admonición: [todo] háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.

La expresión háganlo de corazón puede ser traducida como: poniendo la vida en lo que hacen; y el llamado, como para el Señor, añade la que podemos considerar como la dimensión del Reino; pues, de acuerdo con nuestro Señor Jesús, lo que hacemos con nuestros semejantes lo hacemos, en realidad, para él. Mateo 25

(más…)

Fidelidad como condición de fe

27 noviembre, 2016

Juan 15.5-10

Generalmente nos acercamos a Dios pensando en la solución de nuestros problemas. Y Dios está efectivamente interesado en nuestros problemas, pero, sólo en la medida que su intervención sobrenatural nos libera para cumplir con el propósito que él tiene para nuestras vidas. Lo que Dios ha venido haciendo en nosotros y con nosotros no representa un fin en sí mismo. Es apenas el medio que Dios está usando para capacitarnos, fortalecernos y hacernos libres en, y de aquello que nos impediría llevar fruto. Porque llevando fruto es la manera en que nosotros honramos a Dios.

Este fruto tiene que ver con el Reino, el gobierno-el orden-, de Dios sobre los hombres. El propósito de Dios es el restablecimiento de su orden en la creación entera. Ello implica que los valores del Reino: la justicia, la verdad, la paz, etc., sean «los nuevos motores» del quehacer humano. Quienes hemos nacido de nuevo y hemos alcanzado la salvación por medio de Cristo, somos agentes de esta justicia de Dios, sus promotores. Nos toca a nosotros establecer el dominio de Dios en las circunstancias que nos corresponde vivir.

(más…)