Cada día se casan menos personas y, cada día, también, aumenta el número de divorcios. No parecería que tales hechos sean indicadores de una evolución positiva de la relación matrimonial, del surgimiento de alternativas más atractivas o prometedoras, sino del temor y de la decepción. En efecto, los jóvenes optan cada vez más por las uniones libres ante el temor de que su relación fracase. Según diversos estudios, son las mujeres, en una proporción de dos tercios, las principales promotoras del divorcio. Martha Nieto lo explica así: Las mujeres son más sensibles a las dificultades en las relaciones, y, por lo tanto, hay más posibilidad de acabar con ellas.
Archivo para mayo 2018
El equilibrio de la pareja
20 mayo, 2018El pequeño de papá, el hijo querido de mamá
13 mayo, 2018Proverbios 4.3 PDT
Un hombre en su tercer matrimonio atrapado en una relación de amasiato. Una mujer joven, soltera, víctima de violencia doméstica en una relación lésbica. Un hombre, profesionista reconocido, insatisfecho con lo que hace y en conflicto con la esposa. Un hombre de más de cincuenta años, soltero, viviendo con su anciana madre en una dinámica de amor-odio. ¿Qué tienen en común estas y muchas otras personas adultas con vidas disfuncionales? Cuando menos las aquí referidas aseguran, su infancia. Explican lo que son y lo que no son, lo que han logrado y lo que han perdido, en función de lo que fueron y vivieron como niños. Sin conocerse entre sí, coinciden en explicarse a sí mismos en función de lo que, según ellos, sus padres fueron y no fueron, hicieron y no hicieron. Así que, podemos preguntarnos: Niñez, ¿es destino?
Mujer, antes que madre
13 mayo, 20181 Samuel 1; Lucas 1,2
Ana, la madre de Samuel, sufrió el trato y las presiones típicas de una sociedad machista. Sus relaciones familiares se caracterizaron por el menosprecio y la persecución “de la otra”, Penina. Su marido la amaba mucho, pero ni la conocía, ni la entendía. Vivía convencido de que todo lo que su mujer necesitaba era a él; estaba seguro de que él era, para Ana, mejor que diez hijos. Elcana, no solo era un hombre insensible, también era un esposo presuntuoso. Elí, su pastor y sacerdote, quien recibía de ella y de su esposo ricas ofrendas, apreciaba estas pero poca atención prestaba a Ana. Insensible, como buen hombre, le ve sufrir y no la entiende… concluye que está borracha.
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