Génesis 2.18
En la relación matrimonial, en el día al día de la misma, los malentendidos son fuente de graves y dolorosos conflictos. Del poder de los malentendidos se puede decir lo mismo que se dice del poder de la lengua: He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Santiago 3.5 Desde luego, hay de malentendidos a malentendidos, uno de ellos, poderoso y definitorio de la relación es el que tiene que ver con la identidad y los patrones de relación entre los esposos.
Identidad es la conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás. Y, si conciencia es la propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta. Resulta entonces que el malentendido respecto de quién soy como persona y cuál es mi papel en este matrimonio; así como el quién es mi cónyuge como persona y cuál es su papel en este matrimonio, resulta la fuente generadora de conflictos, fruto, estos, del desajuste existente entre quienes, al no saber quiénes son, terminan no sabiendo qué es lo que se espera de ellos. Sí, mi propuesta es que muchos y los más serios problemas de las parejas se originan en conflictos de identidad (cómo me veo y cómo veo al otro), y del consiguiente malentendido respecto de las obligaciones y derechos de uno y otro.
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