1 Pedro 4.10,11; Lucas 12.48; 16.10,11
El creyente no se plantea la cuestión de si ha recibido o no algún don espiritual. El Apóstol Pedro declara de manera contundente: Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas. Así que no hay duda respecto si hemos recibido algún don; más bien, la cuestión tiene que ver con cuál es el don que hemos recibido y como hemos de administrar fielmente la gracia de Dios que este representa.
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