Archive for the ‘Iglesia’ category

A los que Aman a Nuestro Señor Jesucristo

27 octubre, 2013

Efesios 6.24

El tercer pilar que da forma y sustento a nuestra fe lo constituye la Iglesia, el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo. La salvación no es una cuestión meramente individual, se recibe y se vive en la comunión con la Iglesia universal, la esposa de Cristo, por la que él ha de venir, de acuerdo con los escritos paulinos.

¿Quiénes son Iglesia? Los estudiosos de la sociedad nos dicen que la nuestra es una sociedad post-moderna. La sociedad moderna se distinguió por su rechazo a la espiritualidad, como algo ajeno a lo científicamente comprobable. La sociedad post-moderna, no solo no persigue a los que creen en la espiritualidad, y por ende en la divinidad, sino que propone que cada quien tiene el derecho de creer en lo que quiera y que todas las creencias son igualmente válidas y aceptables. Interesante, democrático, sí; pero, ¿qué dice la Palabra?

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Jesús y la Iglesia

2 diciembre, 2012

1Corintios 11.23-30

 Desde mi niñez, los Cultos de Comunión han revestido un carácter muy especial. El misterio de este sacramento no deja de sorprenderme e inquietarme. Estamos ante un hecho que acerca a Cristo a la Iglesia. No sólo porque nos recuerda su mute, resurrección y próximo regreso, sino porque hace evidente la calidad de la relación que nos une a él y los unos a los otros.

Ser iglesia no es poca cosa. Es mucho más que ser familia, mucho más que ser una asociación fraterna, es mucho más que ser amigos. La iglesia es el cuerpo de Cristo. En la iglesia Cristo se hace presente, se hace visible y tangible. En cierto grado y forma, en la iglesia podemos ver a Cristo y, por lo tanto, es en la iglesia donde Cristo se manifiesta y al través de ella realiza su tarea en medio de los hombres.

Relacionarnos con la iglesia es relacionarnos con Cristo. De ahí la importancia que tiene el llamado, la advertencia de Pablo de que quien come y bebe sin advertir de qué cuerpo se trata, come y bebe su propio castigo. BLPH La Cena del Señor es el símbolo por excelencia de nuestra relación con Cristo. Sólo pueden comer y beber de Cristo los que están en comunión con él. De ahí que Pablo haga extensivo el contenido de la Cena del Señor al cómo de la relación de los creyentes entre sí.

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Perseverar en la Enseñanza Apostólica

5 agosto, 2012

Esta es una adaptación de Señales de Una Iglesia Sana de John Stott

Así pues, los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas. Y eran fieles en conservar la enseñanza de los apóstoles, en compartir lo que tenían, en reunirse para partir el pan y en la oración. Todos estaban asombrados a causa de los muchos milagros y señales que Dios hacía por medio de los apóstoles. Todos los creyentes estaban muy unidos y compartían sus bienes entre sí; vendían sus propiedades y todo lo que tenían, y repartían el dinero según las necesidades de cada uno. Todos los días se reunían en el templo, y en las casas partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y eran estimados por todos; y cada día el Señor hacía crecer la comunidad con el número de los que él iba llamando a la salvación. Hechos 2:41-47

Nosotros los cristianos estamos unidos no sólo por nuestro compromiso con Jesucristo, como también por nuestro compromiso con la iglesia de Jesucristo. Necesitamos tener la misma perspectiva de la iglesia que Jesús tenía, y redescubrir la visión de una iglesia viva, renovada por Espíritu Santo, tal como fue en sus primeros tiempos. El propósito de Dios no es salvar individuos y perpetuar su aislamiento. Dios se propuso edificar la iglesia, una comunidad nueva y redimida. La planeó en la eternidad pasada, la está llevando a cabo en el proceso histórico del presente, y será perfeccionada en la eternidad que ha de venir. La iglesia está en el centro del plan de salvación. Cristo murió no sólo para redimirnos de toda iniquidad, sino también para reunir y purificar para sí aún un pueblo entusiasmado por las buenas obras. Así dice la Palabra: Él se entregó a la muerte por nosotros, para rescatarnos de toda maldad y limpiarnos completamente, haciendo de nosotros el pueblo de su propiedad, empeñados en hacer el bien. Tito 2:14

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