Es un hecho que las familias cristianas enfrentan una severa crisis causada por el abandono de la fe por parte de sus hijos. Algunos, tratando de minimizar el problema proponen que se trata de un mero abandono de la iglesia y no del abandono de la fe. Que se separan de la iglesia, pero no de Dios. Difícil resulta, sin embargo, asumir que la persona mantiene firme su fe en el Dios de Jesucristo cuando rechaza, y hasta huye, de la comunidad de creyentes que son el cuerpo de Cristo, la Iglesia. Además del hecho de que la experiencia demuestra que quien se aleja de la Iglesia y abandona las reuniones y actividades de la misma termina negando su fe en Dios en lo cotidiano de su vida.
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La fe que heredamos a nuestros hijos
1 junio, 2025¿A qué huele mi familia?
28 julio, 2024Génesis 2.24
La familia empieza siendo la pareja. Son los esposos quienes se unen inicialmente, por lo que los hijos son sólo consecuencia del ser familia de la pareja. La unión de la pareja, la calidad y fortaleza de esta, determina el carácter de la familia. Resulta interesante que el término hebreo dabaq, que se traduce como: se unirá a su mujer, significa literalmente: pegarse, adherirse a. Del mismo término vienen las palabras cola o pegamento.
(más…)Sabias, amadoras de sus esposos
6 octubre, 2019Tito 2.4,5
Cada vez más crece el número de mujeres que no aman a sus maridos, que no son amadoras de sus maridos. Les son fieles, pero no los aman. Viven con ellos, pero no los aman. Los apoyan y toleran, pero no los aman. Los ayudan y defienden, pero no los aman. Ciertamente es difícil amar a los maridos y puede haber muchas razones para no hacerlo. Pero si estamos interesados en preservar la salud del sistema familiar al que pertenecemos, debemos saber que este requiere del que las esposas sean amadoras de sus maridos. En las versiones inglesas de la Biblia, a la indicación de ser “amadoras de sus maridos”, se antepone la expresión “que sean sabias[i], que sean amadoras de sus maridos”. Así que amar al esposo requiere de sabiduría, del que la mujer muestre buen juicio, prudencia y madurez en sus actos y decisiones.


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