Efesios 4.17-24
Cristo es subversivo. Los creyentes somos subversivos. Con él, revolvemos, perturbamos el orden que es ajeno al Reino de Dios. Cuando Cristo, la Palabra de Dios, llega a la vida de las personas, estas entran en un caos que siempre resulta necesario, puesto que Cristo viene a traer un orden distinto, un nuevo orden, el orden de Dios. “Dios [dice Pablo], es Dios de paz, y no de confusión”. Ello explica el llamado inicial de nuestro pasaje: “no vivan más como los paganos”.
El “vivir como los paganos”, es decir como los que no conocen a Cristo, se caracteriza por el aferrarse, conciente e inconcientemente, a patrones de pensamiento y conducta que no son propios de los seres humanos. Son formas de pensar y de actuar desordenadas que lo único que producen es mayor desorden en la vida. Con este viene el sufrimiento accesorio, propio y de otros, generalmente de los que más amamos. A fuerza de abundar en tal manera desordenada de vivir, las circunstancias nos resultan cada vez más naturales y por lo tanto, aceptables.
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