Salmo 90.12
Alguna vez hemos asegurado que si podemos contar los días es porque estos son pocos. Pero, ¿será cierto? Según dicen, Einstein propuso que el tiempo es relativo porque no se cuenta con algo contra lo que se le pueda medir. De ser esto cierto, ¿la cuenta numérica tiene algún sentido? Al contar los días, ¿qué nos dice sin pocos o muchos?
Los pasajes bíblicos relativos al nacimiento de Jesús registran una tensión entre el sufrimiento y la esperanza. Se trata tanto del sufrimiento de las personas en lo individual, como el del pueblo, de las gentes. Unos y otros, en tal estado de abatimiento, encuentran en el anuncio de Jesús el Mesías razón para la esperanza, esperanza que tiene que ver con la transformación integral de su realidad y el advenimiento de tiempos y circunstancias de paz.
Al viejito Simeón debe haberlo conocido mucha gente, unos admiraban su fe y otros, seguramente, pensaban que era un pobre tonto que tenía la cabeza llena de ilusiones huecas. Dios, el Mesías, la redención de Israel, ¿cómo creer en tales fantasías? Pero, Simeón creía y esperaba. La suya no era una fe sustentada solamente en la esperanza, era producto de su conocimiento, de su experiencia y, desde luego, de su profunda comunión con Dios.
Comentarios