Posted tagged ‘Paciencia’

Dios ¿por qué no me dejas en paz?

8 septiembre, 2024

Job 7.11-21 NTV

Con mucha frecuencia Dios nos resulta incomprensible. Simplemente, no se ajusta a nuestras expectativas o a lo que presumimos saber de él y de la manera en la que debe actuar. La incomprensión respecto de Dios se traduce, general y fácilmente, en un sentido de decepción respecto de Dios. En no pocas veces nos sentimos defraudados por él y surge desde lo más profundo de nuestro corazón un ánimo de reclamo y hasta de venganza en contra de aquel en el que hemos confiado y no ha honrado, asumimos, nuestra confianza.

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Perseverar haciendo lo bueno

19 febrero, 2023

2 Pedro 1.3-11

Quiero empezar proponiéndote que pongas a un lado lo que has sabido, creído, aceptado como eso de ser paciente. Como veremos, la paciencia poco tiene que ver con la resignación o con el aguantarse esperando que llegue lo que esperamos. Confío que al término de nuestra reflexión tendremos una nueva perspectiva que nos permita descubrir cómo es que el don de la paciencia se convierte, también, en un elemento a cultivar en el desarrollo de nuestra vida cristiana.

Retomamos hoy nuestra consideración del pasaje de 2 Pedro 1. Hemos visto que el Apóstol nos anima a que a nuestra fe añadamos virtud, a la virtud conocimiento y al conocimiento dominio propio. Hoy nos toca reflexionar sobre el siguiente elemento, la paciencia. Creo que este resulta un tema incómodo pues, la mayoría de nosotros encuentra casi imposible eso de ser paciente.

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Ya No Sigas Enojado

8 septiembre, 2013

Salmos 37.7,8 NTV

Perder los estribos de la paciencia.

Perder los estribos no es otra cosa sino impacientarse, desbarrar y obrar fuera de razón. Me llama la atención el término desbarrar, entre otras cosas significa deslizarse, errar en lo que se dice o hace.

Como sabemos, los estribos son esas piezas que, colgadas de una correa, sirven para que el jinete apoye el pie. Quien en la carrera saca los pies de los estribos, pierde la estabilidad necesaria para cabalgar y lo más probable es que termine cayendo del caballo.

Es este un buen símil de la vida. Esta nos coloca en situaciones equiparables al galope furioso del caballo cuando, de manera inesperada, deja de estar bajo el control del jinete y en su correr desaforado lo coloca en peligro.

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