Marcos 1
Iniciamos hoy una emocionante aventura que nos lleva a conocer mejor a Jesús, nuestro Señor y Salvador. Por dieciséis domingos caminaremos de la mano de Marcos para acompañar a Jesús en su ministerio. Descubriremos su misión, pero, también su identidad y su carácter. Podremos comprobar lo mucho en común que tenemos con él y cómo es que podemos imitarlo. Sobre todo, conoceremos más de su amor y de su aceptación incondicional a los que le buscan y le sirven.
A Dios, dice la Escritura, nadie lo ha visto. ¿Cómo, entonces, podemos conocerlo? ¿Cómo podemos saber quién y cómo es él? La misma Escritura nos da la respuesta: Jesús el Cristo. Él, dice, el Apóstol es: [Cristo] la imagen visible del Dios invisible. Colosenses 1.15 DHH Así, todo lo que necesitamos saber de Dios lo encontramos en Jesús. Lo que Jesús no nos revela del Padre no resulta esencial para nuestra fe. Pero, todo lo que Jesús nos muestra del Padre resulta indispensable que lo conozcamos, lo creamos y lo experimentemos.
Marcos establece desde el inicio de su relato un elemento que resulta de primordial importancia en nuestro acercamiento a Dios al través de Jesús. En efecto, Marcos presenta su obra diciendo que es el inicio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Más allá de la clara referencia a la doble naturaleza de Jesús, Dios y hombre, Marcos nos indica que se ocupará de relatar la Buena Noticia de Jesús el Mesías. (NTV).
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