Se me ha pedido que nos ocupemos, desde la perspectiva bíblica, de cuestiones tales como si los cristianos pueden, o deben, tatuarse o usar piercings. Dado que, en la Biblia, apenas se trata el tema, primero en relación con la memoria o culto a los muertos y después como una declaración de la estrecha relación del Señor con Jerusalén (Levítico 19.27; Isaías 49.16 TLAD), podríamos concluir que el tatuarse y el perforarse la piel cae dentro de aquel principio de que lo que la Biblia no condena está permitido y, dar por cerrado el asunto.
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