Lucas 8.1 y 2
La sociedad del tiempo de Jesús, como la nuestra, era terriblemente machista. Las mujeres sufrían una doble opresión, una cultural que las oprimía sujetándolas siempre a la tutela de los padres, del esposo y, ya viudas, de los hijos. Otra interna, que las ataba con la convicción de que, al ser inferiores al hombre, no les quedaba más alternativa que vivir en función de él y en total disposición de obediencia a lo que se les mandara.
En la práctica, tal cultura machista afectaba el todo de la vida de la mujer. Sus actividades, su preparación para la vida, sus relaciones, sus bienes, etc. Lucas nos presenta en el pasaje leído a algunas de las mujeres que seguían, que estaban con Jesús. De una manera muy sencilla, y objetiva, describe la condición de las mismas antes de Jesús; es decir, antes de su encuentro con el Redentor. Dice que el Señor las había sanado y/o liberado de los demonios.
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