Salmos 103.1-18 RVR1960
En otra oportunidad hemos dicho que este salmo da palabras a nuestros sentimientos más profundos y nos permite, [respecto de Dios] al escucharnos a nosotros mismos, enumerar sus bendiciones, confirmar la realidad de su amor… Con ello, el salmo anima nuestra gratitud a Dios y nuestra confianza en él. En la consciencia de su paternidad nos sabemos aceptados y comprendidos, asumiéndonos beneficiarios de su gracia y capacitados para permanecer en comunión con él.
El Salmo 51 hace evidente que David era un hombre en conflicto. Vivía una realidad que era ajena a su ser. Lo que hacía no estaba en correspondencia con lo que David sabía que era. Él era un hombre temeroso de Dios que había pecado. Era un hombre sensible y deseoso de agradar al Señor; al mismo tiempo, el mismo que actuaba egoístamente, lastimaba a otros y terminaba ofendiendo a aquel a quien deseaba agradar.
Comentarios