Lucas 2.41-52
Nuestro pasaje contiene un par de elementos contrastantes. Habla de un adolescente, Jesús, que acostumbraba obedecer a sus padres en todo, lo cual -de ser cierto- resulta extraordinario, y, por lo otro lado, nos habla de una madre, María, que atesora en su corazón todas las cosas que tiene que ver con su hijo, en particular sus palabras, o cual resulta del todo natural en la mayoría de las madres.
El porqué las madres acostumbran y pueden hacer un tesoro de las cosas de sus hijos, en particular de sus palabras, tiene un par de explicaciones.
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