Marcos 5
De la enseñanza bíblica concluimos que existen dos realidades superpuestas. La que podemos identificar como la realidad natural –visible-, y la que identificamos como la realidad espiritual, no visible. De hecho, el Apóstol Pablo se refiere de manera específica a este asunto cuando nos recuerda que no luchamos con enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales. Efesios 6.12 NTV.
Estas dos realidades coexisten simultánea y coordinadamente, además de que son mutuamente condicionantes. Esto significa básicamente que siempre que ocurre algo en el mundo natural, visible, está sucediendo algo coincidente en el mundo no visible. De ahí la invitación bíblica de que renovemos espiritualmente en nuestra manera de juzgar las cosas, además de la exhortación a que no sólo usemos nuestras armas humanas, sino las poderosas de Dios en nuestra lucha cotidiana. Efesios 4.23; 2 Corintios 10.3ss DHH y NTV
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