Lo que éramos, lo que somos y lo que llegaremos a ser
ADRIANA MONTOYA
Durante el mes de mayo en el que se ha estado compartiendo el tema de la mujer, se han tratado cuestiones de suma importancia para nosotras y la familia que conformamos.
La identidad que tenemos en Dios, la posición en la sociedad y las responsabilidades y privilegios que son inherentes a nuestra condición, son algunos temas que propiciaron mi reflexión sobre si estoy consciente de todo ello y lo llevo a cabo con certeza y convicción de pensamiento.
Y es que indudablemente existe un parteaguas en nuestra vida, quién pudiera negar que su vida es una antes de conocer a Cristo y otra después de ello, en la reflexión de Adoniram Gaxiola, titulada “Mujeres, antes y después de Cristo”, se toman en cuenta ciertos factores sociales que nos enseñaron a “ser” de determinada forma, todo lo que nos rodea va moldeando nuestro pensamiento y es así como vamos creciendo y pensando más en lo que otros dicen que debemos ser, que en lo que realmente somos.
Siempre me ha sorprendido conocer a mujeres de todas las edades y clases sociales, que no logran apreciar todas las cualidades que tienen, me inquieta ver cómo son hábiles para desarrollar multi-tareas, tomar todo el tiempo decisiones, ser profesionistas, cuidar a más de uno, sea de su familia cercana o no, aprender algo nuevo y en el camino, haber escogido el color perfecto para lucir ese día, con un detalle de distinción que las hace únicas.
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