Debe creer que él existe

Hebreos 11.6 NTV

iCP meditaciones agosto 19Nuestro pasaje resulta una auténtica perogrullada[i], ya que declara que quien desee acercarse a Dios debe creer que él existe. Declaración que es válida, también, cuando se trata de asumir la actualidad[ii] y relevancia[iii] de la Biblia, aquí y ahora y para nosotros, en lo particular. Parafraseando al autor bíblico podemos decir que quien quiere entender la Biblia debe creer que Dios existe y que él es el Señor. Desde luego, tales convicciones son personales, o deben serlo, y requieren ser actualizadas temporal y circunstancialmente. Hemos hablado del desconcierto que resulta de los cambios culturales, de las presiones resultantes de los mismos y, sobre todo, de las condiciones y maneras en las que los procesamos internamente y la forma y convicción con que los enfrentamos.

A lo largo de nuestra vida nuestra fe bíblica se enfrenta a diversas circunstancias, mismas que ponen a prueba nuestras más profundas convicciones. Ello nos lleva a considerar si la fe es una o si, a lo largo de la vida y al través de las diversas circunstancias, nuestra fe va cambiando, siendo otra, distinta a la que fue y a la que podrá ser. Aquí podemos aplicar la llamada Paradoja de Teseo[iv], que nos lleva al reto de distinguir entre lo superfluo y lo esencial, para así poder seguir manteniendo la misma fe a pesar de los constantes y radicales cambios a los que la vida nos enfrenta.

El capítulo once de la carta a los Hebreos no sólo nos presenta diferentes hombres y mujeres que vivieron diferentes circunstancias de fe y fidelidad, también refiere cómo cada uno de ellos supo y pudo conservar la esencia de su fe en tales circunstancias. Quizá es en la referencia a Moisés en donde encontramos la esencia y la clave de tal perseverancia, de Moisés se dice que: siguió firme en el camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible. Moisés pasó en el camino ochenta de sus ciento veinte años, ¿cuántas cosas habrá enfrentado? ¿cuántos cambios? ¿cuántas circunstancias buenas y malas? ¿Cuántas cosas habrá creído y cuántas habrá dejado de creer?

Sin embargo y a pesar de tantas cosas, Moisés siguió firme en el camino. En tal declaración encontramos un par de cosas acordes con nuestro pasaje de referencia. La primera, es que Moisés siguió creyendo en aquel a quien le resultaba difícil ver, al Invisible. Esto significa que realizó un proceso de selección del que resultó el qué, más bien, el quién, sería la razón y el objeto de su fe. Al respecto nos ayuda la traducción NVI: Por la fe se marchó de Egipto sin temor a la ira del rey, y se mantuvo constante en su propósito como si estuviera viendo al Invisible. La expresión: como si estuviera viendo al Invisible, se refiere a una toma de decisión que se renovó de circunstancia en circunstancia: la de vivir como si estuviera viendo a Dios. Es decir, se propuso no dejar de reconocer la existencia y el señorío de Dios sin importar lo que estuviera viviendo: aceptación o rechazo, por ejemplo. Su decisión fue un acto de fe dado que su mantenerse constante en su propósito no resultaba de su aquí y ahora sino de lo y en quién creía.

La segunda cuestión explica la primera. Como en el caso de Timoteo, a quien nos referimos en nuestra reflexión anterior, la fe de Moisés formaba parte de su experiencia de vida. De hecho, Moisés nació marcado por la fe de sus padres, quienes, vieron que Dios les había dado un hijo fuera de lo común y no tuvieron temor de desobedecer la orden del rey. La mayoría de los estudiosos coinciden en que fue la familia de Moisés quien lo atendió mientras estaba bajo el cuidado de la hija del Faraón. Ello explicaría el cultivo de la fe hebrea en Moisés, la fe en el Dios del Sinaí. Y, ello explicaría el que Moisés se rehusara llamarse hijo de la hija del Faraón y prefiriera ser maltratado con el pueblo de Dios. En el cultivo de la fe siempre hay un dejo militante, una consciencia y disposición de lucha. Quien tiene fe se sabe y se asume diferente y en tensión. Se sabe en guerra y se propone ganarla, independientemente de las circunstancias.

Simplemente, no está dispuesto a perder lo logrado por las circunstancias del presente. El himno Estad por Cristo firmes, representa bien tal disposición. Su inspirador, Dudley Atkin Tyng, tres días después de un inspirador culto en el que más de mil personas entregaron sus vidas a Cristo, sufrió un terrible accidente que lo postró en su lecho de muerte. Al domingo siguiente, alguien le visitó y al observar su deplorable estado le preguntó si había algo que quisiera que él dijera en la iglesia que le esperaba. Sacando fuerzas de flaqueza, el pastor Tyng, le pidió: Dígales que estén por Cristo firmes. Me parece que el pastor Tyng descubrió dentro suyo la herencia mosaica, misma que George Duffield Jr., autor del himno, recupera cuando nos exhorta: Probad que sois valientes, luchando contra el mal. Si es fuerte el enemigo, Jesús es sinigualdeberes y peligros demanda más tesón.

Hemos dicho que los nuestros no resultan tiempos fáciles para los creyentes. La presión social, cultural y aún política, con postulados como el de la posverdad, hacen cada vez más difícil creer y compartir la fe bíblica. Como pastor soy testigo de las luchas que muchos creyentes están enfrentando. Temor, cansancio, conflictos, pecado, confusión, soledad, desánimo, etc., son evidencias claras de lo difícil y costosa que resulta tal lucha. Yo mismo la enfrento en mi día a día. Y, desde luego, la salida más próxima y fácil en apariencia es el abandono de nuestra fe. Pero, como lo asegura el autor de Hebreos: Pero nosotros no somos de los cobardes que se vuelven atrás y se pierden, sino de los que se salvan por su fe. O, como dice la NVI: Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida.

Por eso, en estos tiempos difíciles que estamos enfrentando quiero animarlos a que pongamos nuestra fe en el Dios de nuestra salvación. Y que así vayamos a su Palabra en la confianza de que ella es lámpara a nuestros pies, lumbrera para nuestro camino. A que creamos que la misma es poderosa y habrá de cumplirse en nuestras vidas. Propongámonos luchar por conservar y abundar en nuestra fe bíblica en la confianza de que el Dios invisible al que servirnos habrá de mostrarse en plenitud en cada etapa de nuestra vida.

A esto los animo, a esto los convoco.

[i]  Afirmación que resulta innecesaria por ser muy evidente

[ii] Circunstancia de ser de hoy una cosa o un suceso, o de atraer la atención de la gente hoy.

[iii] Importancia o significación que destaca de algo.

[iv] «El barco en el cual volvieron (desde CretaTeseo y los jóvenes de Atenas tenía treinta remos, y los atenienses lo conservaban desde la época de Demetrio de Falero, ya que retiraban las tablas estropeadas y las reemplazaban por unas nuevas y más resistentes, de modo que este barco se había convertido en un ejemplo entre los filósofos sobre la identidad de las cosas que crecen; un grupo defendía que el barco continuaba siendo el mismo, mientras el otro aseguraba que no lo era.»1

 

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