No temas
Lucas 1.26-38
El nacimiento de Jesús expresa de manera perfecta el amor de Dios por todos aquellos a los que él ha creado. Es más, Jesús es la evidencia y la explicación de que Dios nos anhela celosamente, es decir, que Dios nos ama mucho. Santiago 4.5 Ello explica que Dios se haya hecho vulnerable y que necesite estar en comunión con nosotros. Desde luego, él realmente no nos necesita, pero, al amarnos, le hacemos falta. Porque nos ama, nos necesita.
Quien necesita hace todo lo necesario para satisfacer tal necesidad. Dios lo hizo en Jesús. Lo entregó para acercarse a nosotros, se humanó, se hizo carne. Se hizo hombre, no sólo para entendernos mejor, sino para participar de nuestra humanidad. Se puso a nuestro nivel para poder amarnos del modo en que necesitamos ser amados y para facilitar que nosotros lo amemos a él. De hecho, la Biblia asegura que nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero… y lo hizo en Jesús. 1 Juan 4.19
Las personas no dejamos de sentirnos impresionadas e intimidadas cuando alguien más fuerte, o más poderoso que nosotros, hace algo en nuestro favor. Tal cosa sucedió con Zacarías y lo mismo con María. Por ello no deja de sorprendernos que Dios nos ame como lo hace a pesar de nuestras dudas, de nuestra rebeldía y de nuestra incredulidad. Pero, Jesús nos dice que Dios nos sigue amando. Que nada, ni nosotros mismos, siquiera, hemos hecho lo suficiente para que él desista de tal amor.
La razón, dice Santiago, es que Dios anhela celosamente el espíritu que él ha puesto en nosotros. Santiago 4.5 El escritor sagrado se refiere al aliento de vida que Dios ha insuflado en nosotros. En cada ser viviente hay algo del aliento de Dios. Y Dios extraña, echa de menos eso suyo que ahora está en nosotros. Por ello nos anhela, por ello nos necesita. Por ello es por lo que se ha acercado a nosotros en Jesús.
A María Gabriel le asegura: ¡Dios te ha bendecido de manera especial! El Señor está contigo. Pero, la bendición especial que María ha recibido y el que el Señor esté con ella no es suficiente para establecer una relación de amor, de comunión e intimidad entre ambos. Se necesita la respuesta de María. De hecho, la intromisión de Dios en la bucólica vida de María exige de ella una definición, le reta para que demuestre si también ella anhela celosamente el Espíritu de Dios. Le anima a mostrar si el aliento divino que está en ella también extraña a Dios. El anuncio del ángel es una pregunta sobre qué tanto echa de menos María el estar unida a la fuente de su vida, a Dios.
María, como todos nosotros, tiene sus reservas. No sabe ni entiende el qué ni el cómo del ser y hacer divinos. Pero, cuando el ángel le da una explicación rara, María entiende. Gabriel le explica: El Espíritu Santo se acercará a ti; el Dios altísimo te cubrirá con su poder. Esta expresión, te cubrirá con su poder, significa que Dios la envolvería como una sombra. Es decir, se haría uno con ella. ¿Dónde empieza nuestra sombra y dónde terminamos nosotros? Desde luego, lo que Gabriel asegura es que entre Dios y María habría una comunión íntima, complementaria, plena.
¿Deseamos a Dios tanto como él nos desea? ¿Nos sabemos y sentimos incompletos sin su Espíritu que nos sature y nos envuelva? ¿Nos gustaría poder hacer lo necesario para que nuestra vida sea plena y por lo tanto satisfactoria, sana y fructífera?
Jesús es la respuesta a tales necesidades y expectativas nuestras. Jesús que vino a buscar y a salvar a los que se habían perdido. Lucas 19.10 Y las Escrituras dicen que vino a destruir las obras del diablo. 1 Juan 3.8 Pablo nos asegura que Jesús nos reconcilia con Dios y por ello podemos estar en paz con nuestro Señor. Romanos 5.10
Navidad nos invita a acercarnos a Dios. A aprovechar lo que Dios ha hecho en Jesús para que cambiemos nuestra manera de pensar y nos volvamos a la fuente misma de la vida. Por ello, he de invitar a ustedes para que nos propongamos reconocer la necesidad que tenemos de Dios y cultivemos el anhelo de Dios en nuestro corazón. Los animo a que escuchemos la voz que desde nuestro interior nos dice: busca a Dios y a que así lo hagamos. Salmos 27.8
Explore posts in the same categories: Agentes de Cambio, Celebración de la Navidad, Navidad, TemorEtiquetas: Celebración de la Navidad, Nacimiento de Jesús, No Temas
You can comment below, or link to this permanent URL from your own site.
Deja una respuesta